Josh Waitzkin. El arte de aprender.
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«Estoy plenamente convencido de que el aprendizaje y el rendimiento constituyen una exploración de un mundo gris, de las etapas intermedias. Tiene que existir el deseo constante de progresar pero debes cuidar de hacerlo con equilibrio para no descalabrarte. Músculos y mente necesitan estirarse para crecer, pero si el estiramiento es excesivo, se rompen. Un competidor debe orientarse al proceso, buscando siempre oponentes más fuertes para propiciar el crecimiento, pero también es importante tener la oportunidad de seguir ganando para conservar la confianza. Debemos liberarnos de la idea que urge a empaparse de nuevo material, aunque no tanto como para perder el contacto con nuestros talentos naturales propios. El idealismo creativo se debe atemperar con una conciencia práctica y técnica.»
«Cuando hemos trabajado duro y hemos triunfado en algo, se nos debería permitir gozar de la experiencia. En mi opinión, el secreto consiste en reconocer que la belleza del goce reside en su naturaleza efímera. Se disipa enseguida. Disfrutamos del éxito mientras aspiramos una profunda bocanada de aire. Luego espiramos, apreciamos la lección aprendida y nos preparamos para emprender la siguiente aventura.»
«La resistencia mental tal vez sea el rasgo más esencial de un competidor de clase mundial, y se debería alimentar continuamente. Utilizando mis propios recursos, ando siempre en busca de nuevas formas de convertirme en un contendiente psicológicamente inexpugnable. Cuando me siento incómodo, mi instinto no me impulsa a evitar la incomodidad, sino a adaptarme a ella, y cuando me lesiono, lo cual suele suceder a menudo en la vida de un practicante de artes marciales, intento evitar los calmantes y transformar la sensación de dolor en otra no necesariamente negativa. Mi instinto siempre está buscando desafíos en lugar de eludirlos.»
«Desde hace mucho tiempo creo que si un alumno de virtualmente cualquier disciplina puede evitar repetir dos veces un mismo error, tanto técnico como psicológico, podría verse catapultado hasta lo más alto. Por supuesto que ésta es una hazaña imposible; tendemos a repetir errores temáticos, aunque sólo sea porque muchos temas son elusivos y difíciles de identificar. Así pues, el objetivo es reducir al mínimo, en lo posible, la repetición manteniéndose en constante alerta ante reiterados temas de error técnicos y psicológicos.»
«En ambas disciplinas (ajedrez y artes marciales) los contrincantes tienden a aferrarse a técnicas henchidas de florituras, sin darse cuenta que la sutil interiorización y perfeccionamiento son mucho más importantes que la cantidad de lo que se aprende. El hecho es que, cuando a competición es intensa, quienes triunfan poseen técnicas ligeramente más depuiradas que los demás. Raras veces una técnica misteriosa nos catapultará hasta lo más alto; más bien será una maestría profunda de lo que puede ser perfectamente un conjunto de técnicas básicas.»
«Una cosa que he aprendido como competidor es que hay claras diferencias entre lo que significa ser decente, lo que significa ser bueno, lo que significa ser grande, y lo que significa estar entre los mejores. Si tu objetivo es ser mediocre, dispondrás de un considerable margen para equivocarte. Si quiero ser el mejor, tengo que asumir riesgos que otros no asumirían, optimizando continuamente el potencial de aprendizaje del momento y volviendo la adversidad a mi favor. Ni que decir tiene que en ocasiones el cuerpo necesita sanar, lo cual también me da la oportunidad de profundizar en la vertiente mental, técnica e interior de mi juego.»
SINOPSIS: «El arte de aprender», de Josh Waitzkin.
«¿En qué consiste la excelencia? ¿Puede cualquiera llegar a ser el mejor en aquello que emprenda o acaso la genialidad está reservada a unos pocos superdotados? Figura pública desde que a los nueve años ganara su primer campeonato de ajedrez y catapultado a la fama cuando el libro de su padre, Buscando a Bobby Fisher, fue convertido en un filme de éxito, Josh Waitzkin sabe lo que significa llegar a lo más alto. El apasionante testimonio de sus años como campeón de ajedrez primero y de Tai-Chi después, no deja lugar a dudas: la excelencia es un proceso al alcance de todos? si descubrimos la esencia del verdadero aprendizaje. Con ejemplos procedentes de todo tipo de disciplinas, Waitzkin comparte con sus lectores los hallazgos que ha ido atesorando a lo largo de años de concentración y esfuerzo: un camino de autoconocimiento que guiará a cualquiera dispuesto a dar lo mejor de sí mismo, ya sea en el trabajo o en cualquier otra disciplina.»
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